El ejercicio es parte importante de un estilo de vida saludable; previene problemas de salud, desarrolla resistencia, brinda más energía y puede ayudar a reducir el estrés. Reduce el riesgo de padecer: alguna enfermedad cardiaca, hipertensión arterial, osteoporosis, diabetes y obesidad. Regula las cifras de presión arterial. Ayuda a controlar el peso corporal. Mejora la flexibilidad de las articulaciones.
Bebe agua y permanece hidratado
Beber suficiente agua puede ayudarte a mantener tus niveles de azúcar en la sangre dentro de los límites saludables. Además de prevenir la deshidratación, ayuda a tus riñones a drenar el exceso de azúcar en la sangre a través de la orina. Un estudio observacional demostró que las personas que beben más agua tenían un riesgo menor de desarrollar niveles altos de azúcar en la sangre.
Beber agua regularmente rehidrata la sangre, reduce los niveles de azúcar en la sangre y reduce el riesgo de diabetes. El ejercicio es parte importante de un estilo de vida saludable; previene problemas de salud, desarrolla resistencia, brinda más energía y puede ayudar a reducir el estrés. Reduce el riesgo de padecer: alguna enfermedad cardiaca, hipertensión arterial, osteoporosis, diabetes y obesidad. Regula las cifras de presión arterial. Ayuda a controlar el peso corporal. Mejora la flexibilidad de las articulaciones. Reduce la sensación de fatiga
Incrementa tu ingesta de fibra
La fibra reduce la digestión de carbohidratos y la absorción de azúcar. Por estas razones, promueve un incremento más gradual en los niveles de azúcar en la sangre. Además, el tipo de fibra que ingieres puede jugar un papel.
Existen dos clases de fibra: insoluble y soluble. Aunque ambas son importantes, la fibra soluble específicamente ha demostrado que promueve niveles más bajos de azúcar en la sangre. Bebe agua y permanece hidratado Beber suficiente agua puede ayudarte a mantener tus niveles de azúcar en la sangre dentro de los límites saludables. Además de prevenir la deshidratación, ayuda a tus riñones a drenar el exceso de azúcar en la sangre a través de la orina. Un estudio observacional demostró que las personas que beben más agua tenían un riesgo menor de desarrollar niveles altos de azúcar en la sangre. Beber agua regularmente rehidrata la sangre, reduce los niveles de azúcar en la sangre y reduce el riesgo de diabetes.