El apio es originario de la región mediterránea y de Oriente Medio. Crecía de forma silvestre en zonas pantanosas. El apio se cultivaba ya en el siglo IX a.C. y era muy popular entre egipcios, romanos y griegos.
En la época clásica de Grecia se consideraba una planta sagrada. El apio se cultivaba como planta medicinal y aromática. Hipócrates, en el siglo V a.C., recomendaba su uso como diurético.
En el Ayurveda, la semilla de apio se utilizaba para tratar resfriados, gripe, retención de líquidos, mala digestión, artritis y enfermedades del hígado y el bazo.
El apio se cultiva como hortaliza desde el siglo XVI. Las regiones templadas de Europa y Norte América son las mayores productoras y comercializadoras de apio. El apio es una hortaliza que aporta muchos beneficios para la salud.
Entre sus propiedades se encuentran:
Ayuda a bajar de peso Ayuda a regular el colesterol y la presión arterial.
Previene enfermedades cardiovasculares.
Ayuda a prevenir la diabetes.
Ayuda a mejorar la digestión.
Ayuda a depurar el organismo.
Ayuda a cuidar la vista.
El apio es rico en agua y vitaminas A, B, C y K,
ácido fólico.
fibra.
potasio.
Algunos de los beneficios del apio son: Ayuda a regular los movimientos intestinales Ayuda a reducir el apetito Ayuda a eliminar toxinas del cuerpo Ayuda a reducir la tensión arterial Ayuda a reducir el colesterol dañino Ayuda a mejorar la salud del intestino El apio se puede consumir crudo, en caldos, sopas, ensaladas, aguas frescas, jugos y licuados.