Tiene un pico fuerte y curvo, sus garras son muy grandes y poderosas, es capaz de cargar con presas de hasta 10 kilos. Su nombre se debe a que los primeros colonizadores de América las confundían con las arpías, figuras malignas de la mitología griega. Su cuerpo puede medir hasta un metro de alto y sus alas abiertas hasta dos metros de envergadura; la hembra puede llegar a pesar hasta nueve kilogramos. La cabeza, de color blanco, posee una cresta muy característica y llamativa, cuyo plumaje grisáceo, eréctil a su voluntad, semeja la forma de cuernos. Sus alas cortas y anchas le permiten volar casi en línea recta.
El águila arpía está amenazada por la caza y la pérdida de su hábitat. Se alimenta principalmente de mamíferos arbóreos, como perezosos, monos, roedores y aves. Es un depredador ápice, lo que significa que no tiene depredadores naturales. El águila arpía (Harpia harpyja) se encuentra en México, pero en poblaciones muy pequeñas. Se ha registrado en Veracruz, Chiapas y Campeche. El águila arpía es una de las aves rapaces más grandes y poderosas del mundo. Es un indicador de la salud del ecosistema en el que habita.