Hace a los niños conscientes de su cuerpo
Los niños suelen moverse al ritmo de la música de manera natural desde que son bebés. Cuando bailan desde niños aprenden además a conocer su cuerpo, a diferenciar entre los brazos y las piernas y a moverlos de manera independiente y al compás de la música.
Ejercitan ambos hemisferios cerebrales
Al bailar el cerebro de los niños, como el de los adultos, pone en funcionamiento ambos hemisferios del cerebro. Al tener que concentrarse y prestar atención a las indicaciones de su profesor están ayudando a su cerebro a madurar y a crear nuevas conexiones neuronales, que terminan construyendo nuevos caminos neuronales.
Fomenta su autoestima y confianza
Bailar es, además de una fantástica herramienta para liberar tensiones, una buena manera de mejorar la autoestima y confianza de los más pequeños.
Con cada paso que van logrando aprender van confiando más en sus capacidades y potencian la buena imagen de sí mismos.
Mejoran su postura y reducen los dolores de espalda
Dar clases de baile ayuda a mejorar la postura corporal de los más pequeños, fortalece su musculatura lumbar y corrige posibles desviaciones de columna. Importantes cambios que también les permitirán tener menos dolores de espalda.
Desarrollan empatía y habilidades sociales
Tampoco podemos olvidar que bailar enseña a relacionarse con los demás y a conectar con las emociones de los otros. Unas habilidades sociales basadas en el respeto que podrán también aplicar fuera de sus clases de baile para niños.