Eres lo que juzgas, enfócate en ti

Cuando juzgas a otro, no estás describiendo quién es esa persona, estás revelando partes de tu propia sombra que aún piden luz.

Lo que te molesta, lo que criticas, lo que te activa, no habla del otro, habla de ti: tus heridas, tus miedos, tus recuerdos no sanados.

El juicio es un espejo.

La consciencia es la llave.

Cuando dejas de mirar hacia afuera para señalar, y comienzas a mirar hacia adentro para comprender, algo mágico ocurre:

La sombra se convierte en sabiduría.

La herida se transforma en poder.

La reacción se vuelve evolución.

Enfócate en ti.

En lo que sientes, en lo que creas, en cómo vibras.

Porque tu mundo cambia… cuando tú cambias.

Tú no viniste a corregir a nadie.

Viniste a recordarte a ti misma quién eres.

Y desde ahí, expandir luz.