Para algunas personas, la Rosca de Reyes simboliza la búsqueda del Niño Jesús por los magos, quienes siguieron la estrella hasta el pesebre donde él nació, en Belén. Por esta razón, su forma redonda representa una corona, como la que llevan Melchor, Gaspar y Baltasar en las imágenes. Pero también hay quienes asocian la forma redonda de la rosca al amor eterno de Dios, que no tiene principio ni fin. Los frutos secos y los dulces cristalizados que adornan la rosca representan las joyas incrustadas en las coronas de los Reyes Magos. En sus orígenes, se compartía un pan redondo como una manera de terminar un ciclo y comenzar otro, pero como todas las tradiciones, el sentido de la celebración ha ido evolucionando. Aunque inicialmente era un pan circular semejante a una corona, actualmente es ovalado y se adorna con rebanadas de frutos secos o cristalizados; se amasa con agua de azahar, que le aporta un aroma característico y un sabor a naranja.
En años recientes, se han popularizado roscas rellenas de diversos ingredientes, como crema y nata. Numerosos historiadores señalan que el origen de la Rosca de Reyes se encuentra entre los romanos. Durante las saturnales, fiestas dedicadas a Saturno, dios de la agricultura, se colocaba una moneda dentro de un dulce, y quien la encontrara se convertía en rey por un día. Con la llegada del cristianismo, esta costumbre evolucionó a lo que hoy conocemos como Rosca de Reyes.