4 efectivas formas de calmar el dolor de garganta

El dolor de garganta es muy molesto: no te deja comer, no te deja tragar, no te deja dormir... En fin, ¡no te deja hacer nada! 

Muchas veces lo ideal es recurrir al médico, sobre todo cuando se trata de un dolor crónico y severo, sin embargo, cuando se trata de algo viral, existen ciertos remedios caseros que te pueden ayudar a calmar la molestia.

Aquí los más efectivos:

Gárgaras con agua salada. Realizar varias veces al día gárgaras de agua tibia con sal reduce la inflamación y afloja la mucosidad. Como consecuencia de esto, la garganta se suaviza y el dolor cede.

Lo ideal es disolver media cucharadita de sal fina por taza de agua y añadirle un poco de miel. 

Pastillas, aerosoles y analgésicos. Una buena opción para calmar el dolor de garganta consiste en acudir a los caramelos o pastillas para la tos, debido a que mantienen la zona húmeda y esto impide que se irrite. Es recomendable que los caramelos tengan mentol o eucalipto, porque producen un efecto adormecedor que te libera, aunque sea por un tiempo, de la molestia.

Otra opción son los aerosoles que actúan de forma local directamente sobre el foco del dolor. Por último, puedes optar por un analgésico de venta libre, siempre y cuando no seas alérgica a sus componentes. 

Tomar un té. Esta también se convirtió en una excelente opción para combatir el dolor de garganta. Sucede que el té de cualquier tipo, sobre todo el verde, el blanco y el negro, contienen antioxidantes que refuerzan el sistema inmune y evitan todo tipo de infecciones. Puedes endulzarlo con un poco de miel para ayudar a combatir las bacterias que te causan el dolor. 

Sopa de pollo. El sodio con el que está realizado el caldo tiene propiedades antinflamatorias que alivian el malestar a medida que lo tragas. Inclusive, como comer cualquier cosa puede causar mucho dolor, el caldo de pollo es la mejor solución para recibir nutrientes y luchar contra la infección. 

Recuerda además que es importante que descanses la mayor cantidad de tiempo posible, que evites hablar en voz muy alta, te cubras la garganta con un pañuelo o bufanda y que no te expongas al aire demasiado frío.